Mina, Canal y Trump: tres advertencias del presente
9 de Noviembre de 2025
Exclusivo para Contrapeso
Elecciones en Estados Unidos
Los pasados resultados electorales en Estados Unidos, especialmente los registrados en Nueva York, Nueva Jersey, Virginia y California, merecen atención. Aunque esos cuatro estados sean considerados "azules" (Partido Demócrata), las victorias obtenidas contra rivales republicanos y los análisis posteriores, basados en las opiniones de los votantes, nuevamente son indicadores del desgaste político de la figura de Donald Trump.
Los resultados fueron claros y contundentes a pesar del dinero invertido por millonarios simpatizantes de “MAGA” contra el candidato a alcalde en Nueva York, y de los candidatos a gobernador en Nueva Jersey y Virginia. Incluso en Georgia, en votaciones consideradas menores, los republicanos no triunfaron y el hecho les ha producido gran preocupación, como lo indican las declaraciones de portavoces como Ted Cruz.
El mayor impacto de los resultados fue el obtenido en el estado de Nueva York, por el triunfo de Zohran Mamdani, un candidato originalmente nacido en Uganda, musulmán y definido como socialista, cuya contundente victoria con más del 50% de los sufragios no solo parece haber acabado con el futuro político de Andrew Cuomo, sino creado un precedente imposible de imaginar bajo la actual realidad determinada por Trump y el Partido Republicano, tema sobre el cual reflexionaré en futuras columnas.
El deterioro de Trump, físico, mental y político
No creo ser el único que ha notado el aumento de las equivocaciones de Trump cuando se refiere a situaciones y hechos de interés público, sus constantes insultos y absurdas quejas contra los humoristas que en sus shows de televisión lo critican y satirizan, su ilegal intervención en procesos electorales nacionales al afirmar que retendrá fondos federales destinados a ciudades cuyos resultados en la votación no le agraden, su video en donde “pilotea” un avión y, literalmente, se caga en los que lo opusieron durante una pasada protesta, su constante y fluctuante argumento sobre tarifas cuya legalidad está hoy siendo estudiada por la Corte Suprema de Justicia, su pública mentira al indicar que no "tocaría" ni "afectaría" al "East Wing" o parte edificada del este de la Casa Blanca y que luego destruiría para crear un innecesario salón de baile, su apariencia física demacrada, a pesar del maquillaje que diariamente se aplica, la súbita ida al hospital para un examen físico (MRI), sus cada vez más frecuentes “dormidas” en eventos públicos, donde físicamente se ve cansado y diciendo lo mismo una y otra vez, que "ha detenido ocho guerras"; su constante narcisismo, pero sin atender situaciones urgentes a nivel nacional como la actual parálisis administrativa, cuyo fin se rehúsa a negociar políticamente, aunque afecta a millones de ciudadanos de su país. Todo lo anterior ha hecho mella en su figura y carisma y, por primera vez, indica agotamiento, duda y decepción entre sus incondicionales seguidores de “MAGA”. A sus 79 años, su salud nunca ha sido tan buena como lo han tratado de hacer ver sus doctores, y aunque el no fumar y el no consumir alcohol le ha beneficiado, su sociopatía, falta de empatía y trastornos mentales relacionados con su ego parecen que van llevándolo a un punto crítico, actos que también funcionan como distracciones creadas para evitar la publicación del reporte "Epstein", aunque sin lograr apaciguar la exigencia de un gran sector nacional que incluye a muchos de los partidarios de “MAGA”.
¿Qué pasará el próximo año, 2026, que ya está casi encima?
Panamá
Los eventos que se aproximan para ser discutidos poseen una importancia enorme, que requerirá de nuestro mayor grado de objetividad, inteligencia y sinceridad: el tema de la mina y el de Río Indio. Sobre ambos he escrito antes y haré aquí un resumen de mi opinión.
La mina: el hueco está hecho y tiene más de dos décadas abierto. Nunca debió haber sido permitido, por la forma ilegal en que se desarrolló el proceso. Se le dio el visto bueno y ahora es un hecho, nos guste o no. A estas alturas, me parece absurdo oponer la mina argumentando "daño ecológico" porque eso se debió haber impedido antes. La destrucción de miles de hectáreas de selva es una realidad y nada puede hoy revertir la deforestación causada y dejar el área tan prístina como una vez estuvo. ¿Qué hacer ahora? Propongo sugerencias lógicas que atiendan a la razón y no a la emoción o la politiquería:
Un nuevo contrato que de verdad favorezca a la nación panameña, discutido públicamente y que sea legalmente concebido, consensuado y aplicado, todo atendiendo las instancias judiciales requeridas.
Que las ganancias económicas de ese nuevo contrato se dirijan forzosamente a gastos públicos específicos, que hayan sido determinados antes, por consenso popular. Ese dinero no puede ir a una caja común estatal porque, o se lo roban, lo malgastan, lo despilfarran o lo utilizan para cancelar deuda pública y no para inversiones que produzcan dividendos concretos para la ciudadanía.
Determinar cómo va a evitarse un mayor daño ecológico en el futuro y proponer efectivos remedios para corregir en lo posible la devastación heredada, una vez la mina haya sido clausurada y su producción utilizada en su totalidad.
Denunciar a los que nos metieron en este problema, aunque hayan prescrito los términos legales, para por lo menos saber quiénes fueron y asegurarnos de que no estén involucrados en una nueva negociación, y menos disfrutando de sus beneficios. Todo este enredo pudo haber sido evitado. La corrupción permitió que ocurriera lo que hoy lamentamos. Mientras continuemos brindando impunidad a los que le hacen mal a la nación, nada cambiará y seguiremos sufriendo resultados adversos al interés del país.
Lo que agreguen los lectores. No es mi intención pretender saberlo todo, solo opino y propongo. Ayuden, por favor.
Río Indio
Otra situación que nunca debió ocurrir. La ley existía prohibiendo invasiones y asentamientos en áreas que son para el exclusivo uso, beneficio, operación, mantenimiento y protección de nuestro Canal de Panamá. Primero llegaron unas familias, entraron por la desidia y falta de acción de las autoridades y a esas, con los años, se sumaron otras. Ahora tenemos el problema emocional del desarraigo de panameños que crearon comunidades e hicieron su vida en sectores en los que nunca debió haber sido permitida su presencia.
Emocionalmente entiendo sus reacciones al desalojo de lo que es parte de su ser, pero racionalmente, nada es más importante que mantener activa y segura una de las vías acuáticas más importantes del mundo y un motor económico que aporta un porcentaje importante al Producto Interno Bruto (PIB) nacional. ¿Qué es más urgente proteger: el interés personal o el interés nacional?
¿Qué hacer?
Indemnizar adecuadamente a los que sean desalojados de las áreas necesarias para el éxito del proyecto nacional.
Brindarles opciones en terrenos nacionales en donde puedan ser reubicados, si lo aceptan o desean.
Asegurarse de que no se produzcan más invasiones en áreas de importancia estratégica nacional, como las del Canal de Panamá.
Las propuestas de los lectores...
Gracias por su atención y sus comentarios, que nos ayudan a comprender mejor lo que planteamos y a corregir errores.
Por: Rubén Blades