Vuelo de alas: ¿Está Panamá lista para procesar a un terrorista?
13 de Noviembre de 2025
Exclusivo para Contrapeso
Parecía otro vuelo rutinario. Era la tarde del martes 19 de julio de 1994 y el vuelo 901 de la aerolínea Alas Chiricanas haría su recorrido de unos 20 minutos entre el aeropuerto de France Field en la ciudad de Colón y el aeropuerto de Paitilla en la ciudad de Panamá. El vuelo era, en realidad, principalmente el viaje de retorno de empresarios y ejecutivos de la Zona Libre de Colón que viajaban de esta forma entre las dos ciudades para desarrollar sus actividades en el emporio comercial caribeño.
Esta vez el vuelo 901 no llegó a su destino. El avión, un bimotor Embraer EMB 110 Bandeirante, cayó sobre las montañas de Santa Isabel, en la provincia de Colón. Con los días se sabría que no fue un accidente, sino un atentado terrorista.
En el vuelo 901 de Alas Chiricanas murieron ese día: Emanuel Attie, Jorge Luis Ávila, José Antonio González, Miguel Zubieta, Edmundo Delgado, Salomón Chocrón, Joseph Gershon, Lizzie Bezalel, Moshe Pardo, Faradj Movazeb, Chaya De Yaker, Vincent Pantaro, Albert About Attie, Mauricio Harrouche, Isaac Harrouche, Rami Gabbay, Saúl Schwartz, Martín Bin, James Ward Cain y Omar Jean Francois. Además, murió el presunto autor del atentado, Lya Yamal. Ese ha sido el mayor atentado terrorista en la historia de Panamá. La empresa Alas Chiricanas cerró sus operaciones producto del atentado.
El evento panameño no fue un hecho aislado. El día anterior al atentado del vuelo 901 de Alas Chiricanas, en Buenos Aires, Argentina, se dio un atentado con coche bomba contra la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), que tuvo como resultado el fallecimiento de 85 personas y más de 300 heridos. Tanto el atentado de la AMIA como el del vuelo 901 de Alas Chiricanas tenían una similitud perversa en su finalidad: en el caso de la AMIA, la de matar judíos argentinos por el solo hecho de ser judíos; y en el caso del vuelo 901 de Alas Chiricanas, el atentado tuvo como propósito asesinar judíos panameños precisamente por ser judíos.
El precedente
La Interpol de Panamá puso en el año 2024 una solicitud de alerta roja contra Ali Zaki Hage Jalil. Este trámite lo hizo Interpol Panamá a petición de la Fiscalía Superior Metropolitana de Descarga, que lleva el caso del atentado del vuelo 901 de Alas Chiricanas. La Interpol de Venezuela detuvo al ciudadano venezolano de origen libanés de 57 años, Ali Zaki Hage Jalil, a principios de este mes en la paradisiaca isla de Margarita, en Venezuela. Ahora corresponde a las autoridades judiciales venezolanas realizar el proceso de extradición a solicitud de Panamá. Al final de ese proceso judicial, el gobierno del presidente Nicolás Maduro podría autorizar la extradición o negarse a realizarla.
En el año 2004, la presidenta Mireya Moscoso indultó a Luis Posada Carriles, un terrorista cubano estadounidense responsable de un atentado contra un vuelo de la aerolínea Cubana de Aviación que viajaba de Barbados a Jamaica, con destino final a La Habana, Cuba. En ese atentado, planificado en Venezuela, murieron 73 personas. Desde entonces, el gobierno de Cuba lo buscó para enjuiciarlo. Cuando Panamá lo detuvo, Cuba lo pidió en extradición, pero Panamá se negó, alegando que por esos delitos en Cuba se le aplicaría la pena de muerte. Posada Carriles fue detenido en Panamá porque participó en un intento de realizar un acto terrorista para asesinar a Fidel Castro en el Paraninfo de la Universidad de Panamá. La Policía Técnica Judicial lo detuvo junto a otros tres cubanos y a un panameño. En las pesquisas se encontraron armas y explosivos que iban a ser utilizados en el atentado contra Castro.
En Panamá se les juzgó y se les condenó a ocho años de cárcel el 20 de abril de 2004, pero el 25 de agosto de ese año, apenas seis días antes de terminar su mandato, la presidenta Moscoso le otorgó un indulto a todos los implicados en este caso, y Posada Carriles, junto a sus cómplices, abandonaron Panamá. La embajada de Venezuela había manifestado su interés de solicitar la extradición de Posada Carriles por las cuentas pendientes en dicho país, del cual se había fugado en el año 1985. Posada Carriles murió en libertad el 23 de mayo de 2018.
El desafío
De ser extraditado a Panamá, Ali Zaki Hage Jalil sería juzgado de acuerdo con las reglas del sistema inquisitivo del Libro Tercero del Código Judicial y sería acusado por los delitos de “homicidio doloso” y contra la “seguridad colectiva”, tipificados en el Código Penal de 1982. En dicho código se establecía como pena máxima para un delito 20 años de prisión.
El ciudadano venezolano Ali Zaki Hage Jalil tiene derecho a su debido proceso y, por lo tanto, tiene derecho a su defensa. Si no la puede pagar con sus propios fondos, dicha defensa tendría que ser suministrada por el Estado panameño por medio de los defensores públicos. A pesar de haber transcurrido más de 31 años desde la terrible fecha, el caso no ha prescrito, porque los delitos derivados de actos de terrorismo son imprescriptibles.
Según las agencias de inteligencia del gobierno de los Estados Unidos, el atentado contra el vuelo 901 fue efectuado por Hezbolá, un grupo radicado en el Líbano con fuertes vínculos con Irán. El gobierno estadounidense ofreció en el año 2024 una recompensa de 5 millones de dólares a quien ayudara a capturar a los responsables del atentado del vuelo 901 de Alas Chiricanas. Hasta la fecha no se ha informado si dicha recompensa sigue en firme o si ha sido pagada.
Todo el proceso requerirá de importantes medidas de seguridad, y si el procesado es condenado, la República de Panamá necesitará tomar importantes precauciones, tanto por el riesgo de seguridad como por un posible riesgo de reclutamiento de otros privados de libertad para alguna causa fundamentalista. ¿Tiene Panamá las instalaciones penitenciarias apropiadas para manejar estos riesgos? Una posible solución sería el controversial Centro Penitenciario de Punta Coco. Otra alternativa sería utilizar alguna instalación dentro de la Policía Nacional o del Senafront. Lo cierto es que todo lo relacionado con este caso será novedoso para Panamá, dado que este país no ha tenido experiencia judicial o penitenciaria directa con el terrorismo islámico.
Por: Rodrigo Noriega
Abogado
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