Solo la victoria nos mantiene en el camino al mundial 2026
18 de Noviembre de 2025
Exclusivo para Contrapeso
En el fútbol, como en la vida, hay milagros y maldiciones, amores no correspondidos, maltratos y, una que otra vez, momentos de gloria. La selección mayor de fútbol de Panamá fue al Mundial Rusia 2018, en donde dejó huellas por su fanaticada disciplinada y feliz, que celebró aquel memorable gol de Felipe Baloy ante Inglaterra como si hubiera ganado el propio mundial. De eso no se trataba; Panamá quedó de última en Rusia 2018, pero nuestro orgullo nacional subió a la cima del volcán Barú en un éxtasis colectivo pocas veces vivido en el país. Conozco gente que vendió su auto para poder viajar a Rusia, y quedaron muy felices caminando a su trabajo, con el lujo de contar las anécdotas vividas.
Para el Mundial de Catar 2022, la “sele” dio muchas esperanzas, pero se quedó corta al final. Quizás lo más memorable del proceso de competencia clasificatoria para ese mundial fue la paliza que le dimos a Costa Rica en su casa. Todo esto y mucho más gracias al gurú, sensei o yoda del fútbol panameño: Thomas Christiansen. De cómo ese director técnico hispano-nórdico le cambió la psicología a los miembros del equipo a su cargo, y a través de ellos a todo un país, debería ser tema de un simposio científico. Hoy sabremos qué tanto han aprendido el conjunto y las individualidades de la selección, y de todo aquello que el maestro Thomas les ha podido enseñar.
El paseo que no fue
El primer gol de este proceso de clasificación hacia el Mundial 2026 lo metió la FIFA, cuando incluyó a un país de América del Sur entre los grupos de países y territorios participantes en el torneo de la Confederación de Norteamérica, Centroamérica y del Caribe de Fútbol (Concacaf). El país adicionado fue Surinam. Esa selección pasó a formar parte del grupo “A”, que también estaba integrado por El Salvador, Guatemala y Panamá, que era el favorito del torneo, y que los juegos serían “jamón” para los panameños. Surinam cambió esa forma de pensar.
Luego de transcurridos 5 de los 6 juegos de la ronda clasificatoria, el resultado es que Surinam y Panamá han ganado 2 y empatado 3 juegos cada uno, lo que le da a cada selección un puntaje de 9 puntos. Sin embargo, Surinam va de primera porque ha metido más goles. Ante ese escenario, si Surinam, en su juego final con Guatemala, le gana a los chapines y Panamá hace lo propio con El Salvador, Surinam pasaría de primero por la cantidad de goles que tiene a favor en su contabilidad, lo que mandaría a Panamá al torneo de repechaje en marzo de 2026.
El milagro
La importancia de pasar primero en este torneo es que se clasifica directamente al Mundial 2026 de la FIFA. En las reglas se le permite a los dos mejores segundos lugares de la Concacaf ir al repechaje en México. En este momento Panamá y Jamaica son los dos mejores segundos lugares de la Concacaf. Aquí empieza la parte matemática de este proceso de clasificación.
Supongamos que en Guatemala hay un milagro, y el equipo chapín empata con Surinam, mientras que Panamá le gana a El Salvador. Eso convertiría a Panamá en el primer lugar y pasaríamos directamente al Mundial 2026. Esa vía de clasificación automática no es la única opción directa panameña.
Como se ha dicho, Surinam tiene más goles a favor (5) que Panamá (2). Supóngase que Surinam le gana a Guatemala por la mínima diferencia y Panamá golea a El Salvador con una diferencia de “5 a 0”, “6 a 1” o algo que se le parezca. Eso tendría como resultado que Panamá y Surinam quedarían empatados en puntos, pero Panamá tendría más goles (7) y Surinam menos (6), con lo que Panamá quedaría de primera en el torneo y, por lo tanto, recibiría el boleto directo para el Mundial 2026.
Ni hablar de otros resultados
Como somos fieles a la selección nacional, solo le podemos enviar los pensamientos más positivos y los mejores deseos de éxito y triunfos. Esos muchachos de El Chorrillo, Concepción, San Miguelito, Colón y, en realidad, de todo Panamá, nos han puesto nerviosos con un sueño y hasta nos han hecho pensar en un tema distinto a la economía del país, a la inseguridad, a la impunidad o a mil otros asuntos nacionales o internacionales.
Por todo esto, nuestras gracias eternas. Ustedes ya son nuestros campeones.
Por: Rodrigo Noriega
Abogado
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